Como está pasando en nuestras ultimas “disque crónicas” trataremos de hacer la cosa, algo corta.
Como saben tratar de hacer shows que tengan que ver con corrientes como el hardcore actual es algo así como lanzarse a la piscina casi sin agua. Ahora si a eso le sumas que pretendes realizarlo en una ciudad de la cual conoces poco o nada, es una gran, grandísima apuesta.
Como saben tratar de hacer shows que tengan que ver con corrientes como el hardcore actual es algo así como lanzarse a la piscina casi sin agua. Ahora si a eso le sumas que pretendes realizarlo en una ciudad de la cual conoces poco o nada, es una gran, grandísima apuesta.
Pues bien a sabiendas de ello, Atlantis y este humilde servidor –que fue reclutado a última hora- corrimos el riesgo y apostamos por prolongar la estadía de los muchachos de Cathleen en el norte del Perú, con una fecha en Chiclayo.
La banda mexicana venia de su fecha en Cajamarca, la que formaba parte de su “Virus Latinoamérica Tour” y amaneció con el frio chiclayano, al igual que este servidor, que por cosas del grandísimo transporte nacional llego con horas de retraso a la ciudad.
Tras la presurosa llegada nos desparramamos en la cama y recuperamos la relajación corporal después de algo más de 12 horas pegados a un asiento de bus, seguido llenamos el buche, en compañía y tertulia con Fede –bataco de Cathleen-
Las horas no perdonan y se hizo preciso apurar el paso y apersonarnos al local, Estación Rock Chiclayo el destino. Los taxis son tan pequeños, quisieron detenernos pero solo lograron restarnos minutos, ya en el local y con todo el equipamiento listo arranco la tocada. Lastimosamente los problemas técnicos hicieron difícil el cumplimiento a cabalidad de los horarios y del line up, por cuestiones internas que solo conciernen a las bandas, algunas no pudieron hacerse presente.
El lugar acogedor, con alrededores apacibles se rindió ante la estridencia en primer lugar del skatepunk de los jovenzuelos de Malarrabia, con liricas contestatarias –claro no al punto de considerarla un discurso anarquista- pero si con harto mensaje que se debiera proliferar, y batacazos para su buen pogo. Los mismos muchachos tuvieron un gran gesto al dar la bienvenida a sus pares mexicanos con presentes incluidos.
La segunda entrega llego gracias a Zever, con severos synths e instrumentación que maravillo a propios y extraños, la noche no puedo tener mejor sonorización hasta ese momento.
La segunda entrega llego gracias a Zever, con severos synths e instrumentación que maravillo a propios y extraños, la noche no puedo tener mejor sonorización hasta ese momento.
La gente que asistió también sorprendió, al menos por aquí –Lima- el estereotipo de personas que asistentes a shows de esta índole están bien marcados, cuestión que en Chiclayo queda de lado y fácilmente puedes ver a personas de traje, de túnica negra, de botas y cadenas, de flequillos y todo ellos disfrutando en un ambiente fraterno, publico A1 la de la ciudad de Chiclayo.
Bueno regresando al show, como plasmamos en uno de los párrafos, el line up sufrió tremendas bajas así que tras los dos soportes llego el turno de Cathleen, reconoceré que algunos asistentes estaban con la incógnita ¿Quiénes eran ellos? Hasta se gastaban bromas al referirles que venían de México –el Tri, decían- pero tras las primeras canciones y la imponente presencia de su frontman –Luis- ya las bromas –que de hecho no fueron de ninguna manera en mala onda- quedaron de lado y se rindieron ante las composiciones de Cathleen, estaban siendo conquistados por una nueva propuesta, con más distorsión quizá, con más gritos tal vez y con muchas ganas de que se vuelva a repetir.
Finalizado el show departimos algunos minutos con los asistentes fotos, conversación y una caminata, muchos se mostraron felices por darle esa inyección musical a su ciudad –señalaron que no habían visto banda de ese calibre en Chiclayo- pidieron más fechas, que los Tours pasen por ahí, que el apoyo de parte de ellos está ahí, listo para moshear, pogear, gritar, empujar. Muchas gracias Chiclayo.
Antes del punto final mil gracias a los muchachos de Malarrabia, Zever, Scarred y Requiescat –sin su tremendo apoyo esto no hubiese sido posible- a Hans, Christian (Malarrabia), Maycol, Isabel, Jordano por la hospitalidad y los detallazos que se lanzaron para con la banda y este individuo. Disculpas a los que nos faltan nombrar, pero es simplemente porque no tenemos los nombre, pero créanlo estamos más que agradecidos desde el vigilante del local hasta el de la recepción en el hotel mil gracias.
Más fotos aquí: https://goo.gl/3bCM8s
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