8 dic 2014

Bajo la lluvia


 08/12/14

Solo dos palabras, dos palabras para recordar ese momento, quizás el más increíble de todo el viaje, similar a mi charla con el río; esa conversación será escrita en otro momento.
Quería dormir ¡y no podía dormir! ¿O es que acaso ya estaba soñando? imposible, podía sentir, oír, pero no distinguir sabores, bueno un sentido menos no es suficiente para suponer que todo fue un sueño, además que lo ocurrido en el entorno no seguía a mis pensamientos pero ¿quién controla sus sueños?
El calor se veía insoportable, el ambiente se notaba agradable. Levante mi cabeza y observe lo que estaba pensando, mire hacia arriba y las hojas secas seguían secas ¿entonces porque sentía gotas sobre mi nuca? Increíble era sentir en ese momento, ya me parecía extraño, suponía entonces que  me estaba sintiendo mejor. No podía pensar, así que decidí entretenme viendo a mi alrededor. Había más gente de lo normal, música a todo volumen y naturaleza por todas partes. No recuerdo en que momento me levante del asiento; estaba en camino a comprar algo para beber, ahí los vi,  sentados bajo la sombra me saludaron, el gesto fue compartido. Llevaba un plato de vidrio y un tenedor conmigo, sumado dos soles en el bolsillo ¿Que no pensaba comprar agua? cuando llegue a mi sitio devolví el dinero que me habían dado para comprar un plato, decidí darles el plato y tenedor. La comida ya estaba caliente, yo la preferí fría; sabia a plástico, si ¡ya podía distinguir sabores! pero de manera muy sencilla.
Agarre mi cuchara y devore lo que pude, no estaba mal y se notaba que los tallarines igual, a mí me toco estofado de pollo. El lugar seguía lleno, me levante a comprar algo para beber con el poco dinero que me quedaba. Sentado bajo la sombra probé el líquido helado pasar por mi garganta, no sabía a nada. ¿Qué me puede despertar? otra gota, me cayó otra gota en mi brazo que estaba seco, seguro fue en el otro brazo. Baje la cabeza y comencé a escuchar voces conocidas, estaban aquí desde hace rato calentando su comida, sentía la oscuridad de la noche y el frio en mis pies, el olor a plástico entraba por mis poros. Quería comer la mazamorra morada por eso levante mi cabeza. Grandes nubes sobre los cerros, una botella de vidrio a mi costado y la soledad que el calor traía me hacían sentir bien. Quería hablar con el rio de nuevo, me levante y note que no tenía zapatos ¿para qué tenerlos? sentir el pasto es increíble. Retire mis mochilas de la carpa y las puse sobre la mesa, los perros comenzaron a ladrar, algo no andaba bien.
Saque mi libreta de la mochila y comencé a escribir lo experimentado por "Jairo", un mono de diez meses visto hace unas horas, o quizás años. Me sentía mejor pero mi polo estaba mojado, recibí una llamada y al colgar decidí comer algo, saque el alimento de mi mochila pero no tenía platos, la vista era increíble pero esas nubes me perturbaban, camine un poco y observe el cielo ¿de dónde salieron esas vacas? ahora entiendo porque ladraban los perros. Tenía sed de nuevo, vi bajo la mesa una botella de plástico con agua dentro, tomarla era una opción pero el ambiente caluroso había calentado el líquido del interior. Intente escribir algo, la mesa se encontraba vacía. Los muchachos seguían tomando y la música seguía sonando, la piscina se encontraba llena ¿en qué momento había llegado? aún faltaban los demás, vi hacia el lado derecho para encontrarme con sombras conocidas.
Mis ojos pesaban pero cerrarlos me dolía, me levante para recordar como pensar y se escuchó. Me senté de nuevo y saque mi lapicero. LA TURUMA me dijo el sujeto "donde hay costa, sierra y selva, ahí tienes que ir" le mencione que hoy partíamos a Lima, la hora se la comente y el agradecimiento apareció. "¿cuánto dura la lluvia?" le pregunté "depende, a vece media hora" me contesto, los truenos sonaban increíbles, me motivo a pensar en un futuro escrito, tal vez un libro. "Es lo que trae el viento" me dijo contento "los antiguos decían que esto es una pelea entre el agua y el viento". Corría bastante viento, por eso no podía escribir, los perros ladraban y me preocupaba el por qué. Colgué la llamada y caminé, compre una gaseosa y de nuevo me senté. Las hojas de los árboles se sacudían con fuerza, "si quieres te presto un polo", me dijo Williams. Yo contento acepté.
"espéranos en el campamento" me dijeron, sabía que demorarían en llegar "de acuerdo, nos vemos luego" creo que eso contesté, apreté el botón para colgar, guarde mi celular en la mochila y baje mi cabeza ¡el viento era insoportable! "esos muchachos se creen los fuertecitos, luego los vez llorando en medio del camino" yo comencé a reír "si de verdad, ahorita dicen: yo soy macho ¿qué me voy a poner polo? con esta lluvia no pasa nada. Machos los van a hacer" no paraba de reír. "¿pero ellos son de por aquí?". Comenzamos a sacar las cosas de la carpa, dentro se estaba llenando de agua "¡Los equipos!" dijo Cecilia, la mesa estaba llena.
Vi a mi lado derecho, no había nadie. Baje mi cabeza de nuevo, comencé a pensar ¡ya podía pensar! y me levantó el sonido de los truenos, pude observar al señor que nos abrió la reja esa noche pasada, tenía un rostro cansado y voz confusa, si, era él.
Tenía sed en ese momento. El hombre vio a la vacas detrás de nosotros y comenzó a correr para espantarlas, el grupo de muchachos sentados a unos metros de nosotros comenzaron a reír; no compartía el humor, trataba de despertar. "Porque no cuidan sus cosas pues" me dijo no recuerdo quien "el profesor fue quien movió su carpa" comenté. "Y los demás" me preguntó, "se fueron a comer". Estaba todo empapado y la mayoría ya habían llegado; Si estaba todo mojado ¿porque  mis pies no lo sentían?, "parece que va a llover" pude escuchar. Levante mi cabeza: LA TURUMA pude recordar.

"Selva alegre" distrito de San Ramón, chanchamayo.

El Bucanero.

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