4 dic 2013

¿Boulevard de la Cultura Quilca podría desaparecer?

Si es aburrido leer imagínate lo aburrido que es escribir. Así que al menos termina de leer este aburrido texto.


Quilca: La Fe de los Libros

L
as estadísticas mencionan que un individuo peruano no lee ni un libro al año y que más del 65%  de personas reconocen que nunca leen (datos elaborados por Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe “CERLALC” en el 2012). Cifra que se traduce en un mínimo  interés hacia los textos, a ese mundo de letras, puntos y comas. Y supongo que existen mil y un razones para ello,entre las cuales podemos indicar a; el poco ejercicio de lectura en los centros educativos estatales y a veces privados, al desentendimiento del entorno familiar por temas de esta índole, la carencia de espacios acondicionados para esta actividad, el difícil acceso de la persona de a pie a las bibliotecas o en algunos casos al elevado costo monetario para la adquisición de los textos.La sabiduría no tiene precio dirán, pero esta afirmación pierde valor cuando por encima de ellos se sitúan otras necesidades. Pero a pesar de ello en nuestra gran selva de concreto de más de ocho millones y medio de habitantes donde convergen un sinfín de razas y costumbres se alzan unos cuantos mercados, integrados por personas admirables que luchan contra la corriente, especializados en la comercialización de textos, de estreno y usados, de todo tipo a un precio muy pero muy razonable.

Una de esas ferias es la que se establece en el Jirón Quilca a pocas cuadras de la plaza San Martin, nombre designado en honor al libertador Argentino que ayudo a poner fin al periodo colonial de nuestro país, la denominada “Asociación Boulevard de la Cultura Quilca”, entre polos negros, largas melenas, parches, rock and roll, punk y hartos libros, elementos que silenciosamente erguían su reino en el centro de nuestra caótica ciudad,se ganaron a pulso un reconocimiento en nuestra cultura o contracultura –como se quiera denominar- constituyéndose como el punto de encuentro para amantes de los libros y la cultura underground (subterránea) que simplemente la denominan Quilca, asistentes nacionales como foráneos transitan diariamente ojeando portadas usadas, rebuscando algún título difícil de encontrar, esa dinámica diaria hoy corre peligro y la razón se descubrirán a continuación.


Quilca como simplemente la llaman, lugar el cual tuve la oportunidad de visitar innumerables veces desde mi época de colegial errante, llevado por diferentes aficiones, entre las cuales reconoceré que la lectura no gozaba de un lugar privilegiado, nuevamente este simpático y variopinto lugar me abría sus portones de amplio cuerpo, que me recordaban a las cocheras y que estaban cargados de afiches que anunciaban tardes de rock no comercial en algún punto de nuestra capital, nuevamente me encontraba capturado por el arrollador estilo de estas 6 cuadras en las cuales resaltan un afamado bar, el Queirolo, donde innumerables plumas o la mente de algún ilustre personaje concebía la idea primigenia de alguna obra maestra de la literatura o simplemente un artículo interesante, un Centro Cultural, El Averno, distinguido en el mundo alternativo (Subterraneo) diferente por donde se le mire y luchando siempre en complicidad con aquellas minorías que no encajan o que discrepan con la gran mayoría debido a sus concepciones diferentes en cuanto a política, economía y un sinfín de temas y la feria de libros en sí, la razón de ser de estas líneas. Llegue al promediar las 12 del mediodía acompañado como siempre por algunos compañeros.
–En grupo uno se siente más cómodo y seguro a la hora de abordar e indagar al entrevistado- Como siempre use las mismas vías de acceso vale decir por la naciente avenida Tacna y el tramo final de la avenida Garcilaso de la Vega (ex Wilson).

El calor del mediodía se hacía presente mientras los pasos, como en anteriores ocasiones, me llevaban a visitar algunos puesto que ya conocía con anterioridad pero que por lo prematuro del día aún permanecían cerrados, - yo pensaba recurrir en primera instancia a aquellos que ya conocía para obtener alguna información resaltante, la cual ignoraba hasta ese momento-Esta situación me llevo a abordar a los vendedores, con inseguridad debido al riesgo de importunar sus labores, algunos de los cuales cordialmente expresaban que estaban ocupados hasta que una señora tras repetir el discurso nos mencionó  que el señor del siguiente puesto estaba desocupado y gustoso podía acceder a responder las preguntas que tuviese, acompañado de mis compañeros,eche una ojeada al puesto percatándome que el señor no se hallaba en el lugar, tras unos minutos de espera hizo su aparición el señor José Quiñones encargado de atender el Stand 16 y que a continuación se convirtió en el entrevistado.
Yo era tan solo uno de los que transitaba por la feria que se inició a finales de los ochentas en la primera cuadra del JirónQuilca en un extremo del cine Colon (hoy abandonado), observaba los ejemplares en el piso y a los comerciantes ambulantes que por entonces usaban tan solo el concreto y las bolsas de plástico para establecer su vitrina-
Señalo Quiñones quien entre la entretenida tertulia también menciono una pequeña lista de autores y obras, Carlos de La Torre Paredes, Lenin Solano Ambia, Alberto Benza Gonzales, Andrey M. Quiñonez Sh. con el fin de demostrar que solo en Quilca se podrían encontrar algunas obras autogestionadas, muchas veces producidas con los fondos económicos de los propios escritores, y difícilmente aceptadas por las grandes casas editoras, escritos sobre temas controversialesque no encajan en las librerías convencionales un punto que hace de esta feria un gran apoyo a los escritores independientes y un mercado como pocos.

Justo antes de culminar su intervención el señor Quiñonez dejo en el aire unas frases que capturó mi atención debido a que lo expresado significa una amenaza a la supervivencia de Quilca como Feria de Libros y es que la noticia del desalojo los tiene en zozobra.
–La notificación llego en Octubre y la más reciente es de Noviembre- asevero.
En busca de corroborar esa bolada me dirigí a otro pasaje en busca de la señora, que meses antes me ayudo en la búsqueda de unos textos que necesitaba, supuse  –ella quizá sepa más sobre el tema- y recordando su amabilidad me imaginaba que accedería a conversar sobre eso. Consultada sobre el tema, ya en el stand de su propiedad, la simpática señora narro los inicios, que en resumen es la que recibí del señor José Quiñonez, como preludio para confirmar la noticia del desalojo.
 –En el  tiempo en los que la municipalidad reubico a los ambulantes hacia amazonas a nosotros nos tocó buscar un lugar por nuestros propios medios y alquilamos este espacio que antes era una cochera, las alquilamos al Arzobispado de Santo Toribio para establecernos y ahora ellos creo que quieren construir un centro comercial o departamentos para alquilar y nos quieren fuera de aquí-Manifiesto, para continuar con tono apenado.
Hace tiempo cuando Andrade (Alberto Andrade) era alcalde el Centro Cultural El Averno  presento un proyecto en el cual se visionaba la creación del “Quilca Boulevard de La Diversidad Cultural” que contaría con talleres, galerías y por supuesto la Feria de Libros, pero que todo se olvidó tras la culminación de su mandato, desde ese tiempo nadie nos apoya y ahora que ya nos ganamos un nombre nos quieren reubicar al jirón Ica, sabemos que este lugar no es nuestro pero al menos lucharemos pues va a ser difícil empezar nuevamente en otro lugar-
Dicho esto, la simpática señora de nombre Margarita Baylon, que resulto ser prima hermana del desparecido futbolista Sandro Baylon, culmino señalando que ya se asesoran con un abogado y que la directiva tendrá una última reunión con el arzobispado el 28 de Enero del 2014 tras lo cual se sabrá el desenlace de esta historia.

Faltaba conseguir la versión de algún miembro de la directiva así que, por consejo de la señora Baylon, recurrí a Pedro Ponce Montoya para confirmar esta situación. Él recordó la manera que se vivía en los años en los que se inició QuilcaLas esquinas eran lugares donde se hallaban a los petizos, pirañitas y por las noches a las prostitutas además de los vendedores de drogas- dijo –ahora aunque parezca que la cosa siga igual ha cambiado- manifestó.

-Esta era una cochera y poco a poco la fuimos acondicionando para nuestra labor ahora gracias a la feria la cosa ha cambiado y esta se ha convertido en el eje para todos los negocios de los alrededores-con esas palabras continuo melancólico hablando de los esfuerzos que hicieron para establecerse ahí. En seguida resalto los esfuerzos que realizan los dueños de los stands, que conforman Quilca, pues invierten buen capital económico al adquirir al contado los textos que ahí se venden, esto luego que las mismas distribuidoras, sin la intervención de mediadores, llevan algunos ejemplares, eso demuestra lo influyente de esta Feria, que además ofrece precios sin igual en el mercado esto debido al margen especial que le ofrecen las editoras y que benefician en mucho a los lectores que ven un punto accesible y flexible, en términos monetarios, a este lugar.

Ya llegando al final de la conversación una interrogante que se instalaba en la mente del señor Ponce, mientras se tocaba el tema de los propietarios del terreno, se dejó escuchar -¿Nos preguntamos que la iglesia una institución sin fines de lucro, que no paga ningún impuesto, es más ni paga los impuestos judiciales, porque esta tan afanosa en recuperar este lugar y construir una cochera y galerías o, algunos dicen, un centro comercial?- Tema por demás escabroso pues señalo el contexto que se vive en la sociedad eclesiástica.
-El nuevo Papa ha remecido los cimientos de la curia tan solo con algunos anuncios así que imagínense que pasaría si se llegan a realizar esos cambios. Parece que el Opus Day estaría tramando algo, y como sabemos nuestro arzobispo Cipriani es parte de ellos-
Dejando esa descabellada pero validera posibilidad se despidió, el directivo, recalcando que este centro de comercio de libros nuevos, de segunda mano, especiales, de edición limitada, lugar especial en donde se lanzaron libros como “El Sueños del Celta”, del premio Novel Mario Vargas Llosa, corre peligro de ser desplazado de su ubicación actual para poner en lugar de la cultura que nos brindan los libros, la mercantilización del ser humanos y sus intereses económicos.

Quizá estas 6 cuadras que eran en un inicio hogar de hampones, fumones y meretrices, hoy en día mejorado gracias a la “Asociación Boulevard de la Cultura Quilca” lugar particular que ofrece cultura contenida en textos pero que por alguna razón extraña corre riesgo de cerrar y dejar esta emblemática calle, todo eso, porque la iglesia tiene otros planes más rentables para este espacio del centro de Lima, pueda reubicarse fácilmente en otro punto de esta metrópoli pero no neguemos que con ello eliminaran parte de la historia de nuestra ciudad, una escrita por la lucha de los vendedores que llevando textos en sus manos tratan de cambiar la cultura de nuestro país y valiéndose de las palabras muestran su punto de vista por más que muchos descalifiquen sus posiciones.


Pensando en que quizá las visitas a Quilca no serán lo mismo, si es que este desalojo se consuma, me retire, conjuntamente con mis compañeros, rumbo a la avenida Tacna, en el camino la noticia de una protesta en la plaza San Martín se mencionó, entonces recordé que Quilca muchas veces es el punto donde se gestan protestas contra aquello y aquellos que violentan y abusan de su poder, ¡Quilca rebeldía necesaria!    

No hay comentarios:

Publicar un comentario